miércoles, 11 de marzo de 2020

Locura transitoria




Te descubres y dejas ver tu piel.
Juro que no me canso de verla.
No me canso de ver y tocar
esa espalda repleta de constelaciones
que está siempre tan fría... fría tanto
como para amarla por ello,
me he cansado de decirlo: amo el frío.

El frío ama llegar por sí solo,
no solo con las estaciones,
sino también con tu ausencia.
Te he contado los lunares centenares
de veces, mereces que los cuente.
Me gusta besar tu piel fría
e intentar descifrar
cómo es que me da tanto calor.
Las tardes de otoño pasan
y las hojas de los árboles se van,
y con ellas el calor que me brindas.
Si irme significa que pasaré frío
el resto de mi vida,
no quiero moverme de acá.

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