Hace frío y no llevo paraguas,
llueve y no tengo abrigo.
Te dije que si te ibas volvería el invierno;
invierto lo que llevo dentro de mi bolsillo
para tomarme un café con sabor a recuerdos;
recuerdo que aún prefiero tu calor
antes del amargo sabor.
Y amar con sabor
es darme cuenta que te quiero
incluso más que al café,
que está cuando tú no.
Que estuvo incluso cuando tú dijiste
"yo te voy a arreglar la vida"
y desde entonces,
no paro de destrozarla
para que te quedes un rato más.
Nos enamoramos en otoño,
entre días fríos y lluviosos,
que no son diferentes a tu ausencia,
porque cuando se presenta
aquí dentro siempre llueve.
Qué lindo. Lo leí en voz alta.
ResponderEliminar¿En serio? ¡Muchas gracias!
ResponderEliminarTe sigo leyendo. Un abrazo.
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